Como en Balderrama, La Sólis Pizarro o La Marrupeña, se cantan aquí las excelencias de un boliche: ese lugar de reunión para comer algo, beber más y sobre todo cantar.
Los clásicos ya decían aquello de in vino veritas, pero en lo de Mariano Paz allá en Santiago del Estero, el vino no sólo dice la verdad, sino que además lo dice cantando y hasta guitarreando. Y con la alegría del canto, si la luna del Canqui Chazarreta quería emborracharse, la de Marcelo Ferreyra parece que hasta quiere ya bailar, agitando su pañuelo al ritmo de la zamba, danza singular y poética como ninguna.
Y así ZAMBITA PARA LLEGAR la supieron cantar siempre muy lindo desde los antiguos hasta los últimos Chalchaleros.
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