En diciembre de 2012 nos cayó como una losa el fallecimiento de su gran fundador: Carlos Lastra. Los cantores de la casa de la luna, Los Quilla Huasi, estarán por siempre presente en el canto popular, cual memoria de los vientos, cual toldería en los desiertos de la Pampa y tras el deceso del gran fundador toca a su nueva formación (Alberto Aristegui, Francisco Auzoberría, Nélson Pérez y Paulo Passerini.), continuar con el viaje selenita por el gran mundo de la música popular argentina.
En el programa "Todo lo nuestro", esta formación nos interpreta la zamba de Mario Arnedo Gallo y Hamlet Lima Quintana, "La amanecida". Sobre esta zamba, a raíz de los 50 el músico y compositor Mario Arnedo Gallo compuso su música. En esos tiempos formaba un dúo con el poeta Lima Quintana.
Hamlet se relame contando la historia de cómo nació una de las zambas emblemáticas del repertorio folklórico: "La Amanecida".
Fija el momento en una vieja casona de Haedo, cuando su hija mayor cumplía dos años.
"En ese tiempo Mario Arnedo Gallo era buen vinero. Y como a las cinco de la mañana se sentó al piano e improvisó una zamba. Yo me paré al lado y miraba lo que tocaba. Después se fue. Al otro día me levanté y me fui al piano, y recompuse toda la música. Después, a eso, le puse letra. Pasados como dos o tres meses en otra reunión, tomé la guitarra y le dije: "Mario escucha", y la canté. Mario me dijo "¿Que es eso?. Le dije la música es tuya. "¿Mía? -me respondió Mario- que macha tendría". No se acordaba de nada y se trataba de "La amanecida".
Asimismo, el músico nos da su propia versión, muy similar, culpando a la casualidad de su creación:
"En una celebración del cumpleaños de Silvita, segunda hija de Hamlet Lima Quintana y en la casa de éste, aquel, como en él era costumbre, no resistió la tentación de sentarse al piano y empezó a improvisar una melodía que atrajo la atención del poeta. Tras muchos cuentos, chistes y algunos brindis de más, sumado a que yo no se escribir música, me olvidé completamente de la melodía con la que había estado divagando.
Como al año, Hamlet me vino diciendo que ya había puesto letra a la zamba que yo había compuesto en su casa, dándome a leer esos versos, que para la época en la vivíamos sonaban bastante extraños, muy vanguardistas...
Para mi, la letra es maravillosa, es lo mejor que tiene esta zamba. Sin ella, jamás habría obtenido tal tamaño de éxito que el conseguido.
En un principio no fue del todo bien acogida, quiero pensar que por su rareza, por intérpretes y público pero un compositor debe tener paciencia y saber esperar y al final, todo llega y después de esperar diez años, "La amanecida" llegó a los aficionados al folklore que compensaron la espera con el éxito que consiguió en las interpretaciones de Los Huanca Hua y Los Cantores de Quilla Huasi, primero y posteriormente en las de Mercedes Sosa, por citar algunos ejemplos.
Me gustaría también dejar la anécdota que aconteció cuando un día, casi al amanecer, salía de mi casa de Hurlingham y al cruzar la barrera, detuve mis pasos al escuchar tatarear unos compases que reconocí sin duda que pertenecían a la zamba en cuestión y abordando al cantor le pregunté que que era lo que estaba cantando.
- Y no se... -me contestó. Es una zamba que me gusta y que la aprendí de tanto oirla.
No le dije nada pero, estremecido, me fui pensando en la tremenda responsabilidad de ser autor; de poner en boca del pueblo, música y palabras, que aunque a veces no entienden del todo, las van repitiendo por doquier, hombres, mujeres y niños. Es ser un poco dios... Dar lo bueno o lo malo, educar o envilecer, ser o no ser luz..."
Mario Arnedo Gallo jamás previó el éxito que obtuvo "La amanecida" y mucho menos el que sigue cosechando "La amanecida" lustros después que el músico santiagueño partiera camino de los Cielos.
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