Por momentos, la zamba tiene ecos de esa bella película Orfeo Negro, en donde la belleza y la muerte iban de la mano, en esa fiesta ancestral que son los Carnavales. Guarany resuelve con gran acierto poético la típica repetición de los dos últimos versos de cada estrofa de la zamba, añadiendo ese "mi bien", que refleja a un tiempo cariño y desesperanza. La cálida voz y los emotivos acentos con los que Guarany acompaña la ejecución de todos sus temas le convierten en el intérprete ideal para su hermosa zamba.
Mi agradecimiento por el vídeo a Baladas Románticas del Mundo.
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