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viernes, 6 de enero de 2017

TAMARA CASTRO - PROVINCIA DE BUENOS AIRES

El folclore de la provincia de Buenos Aires y de la región pampeana, que se desarrolló en el siglo XIX, posee los rasgos altivos, solitarios y nobles del gaucho. Los habitantes de esta región crearon un folclore propio, con la milonga como una de sus primeras expresiones. La guitarra era el instrumento característico, y entre el criollaje de la provincia nunca faltaron buenos guitarristas, además de cantores. Entre las danzas que se popularizaron sobresalen el triunfo, la huella, el pericón, el escondido y el malambo, baile con zapateos que imitan el galopar del caballo. Algunas danzas, como los amores, el caramba, cielito de mi patria, el palito, la patria, triunfo de la guardia del monte, la firmeza, tienen raíces patrióticas y son autóctonas bonaerenses. Pero también existe una especie de melodía tradicional con acompañamiento que se asocia con textos generalmente improvisados a la que se denomina cifra. 

Cifras son las canciones cuyo texto improvisan dos ejecutantes en competencia; a las canciones que entonan alternadamente dos participantes o más, en base de coplas improvisadas o hechas; a las canciones del ejecutante solo que improvisa sobre un tema solicitado por su auditorio. Pero la cifra por excelencia es la canción de los payadores que improvisan en oposición. La forma en que este canto interrumpido se compagina y enlaza con los rasgueos o punteos de la guitarra es lo más característico de ella y, curiosidad única en los cancioneros americanos. De hecho, el canto dialoga con la guitarra. Una serie de acordes rasgueados hace las veces de preludio. Cuando el cantante alza la voz, la guitarra enmudece. Concluidos uno o dos versos, irrumpe de nuevo el rasgueo o alguna nota grave punteada a manera de breve interludio y así, corre la estrofa hasta el final. No habiendo medida para los interludios ni cuenta para las repeticiones de versos, la forma es más o menos libre. En los mejores tiempos de la especie, se usaba como enfrentamiento de dos cantores para cambiar agudas preguntas o respuestas en estrofa. Mientras rasguea el preludio inicial, el payador piensa su primera pregunta y, lanzado a entonar los versos, se interrumpe e interludia tanto cuanto necesite para continuar pensando en la idea o en la versificación; sigue así hasta completar su pensamiento y la estrofa. En ese momento su contrincante recoge la estrofa de la pregunta e inicia su respuesta del mismo modo. Un improvisador es tanto más hábil cuanto menor sea la cantidad de repeticiones e interludios que requiera para versear. 

Omar Moreno Palacios compuso esta cifra en homenaje a la región pampeana de la provincia de Buenos Aires y la puso como título así, "PROVINCIA DE BUENOS AIRES". 

Vamos a tener la suerte de poder verla interpretada por una cantora a la que el destino hizo que nos abandonara a los 33 años, cuando estaba en la cima de su carrera artística. 

 Ella es TAMARA CASTRO y la canta así de bonito...


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