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domingo, 25 de diciembre de 2016

SUMA PAZ - EL ALAZAN

Cuando llegamos al Cerro Colorado -nos cuenta Atahualpa Yupanqui (Roberto Chavero)-, no teníamos caballo, y mis padres compraron una yegua a un paisano que le llamaron “La serrana”. Era muy briosa y mal acostumbrada, porque en el Cerro había tres boliches con su pista de baile, etc., y estaba acostumbrada a entrar a los tres boliches cada vez que iba al pueblo, y si no iba al boliche se encabritaba, o sea que la viciosa era la yegua, no el que iba arriba. Recuerdo un día, yo era chiquito y mamá me llevaba adelante, como no quiso entrar al boliche de don Vicente Ibarra, medio se encabritó y me pegó un cabezazo en la nariz -todavía me duele el cabezazo que me dio la yegua-. Varios años tuvimos ese animal, y en una época de gran sequía que hubo una en Córdoba, debe haber sido en el ‘51 o ‘52, buscando algo de pasto subió por la sierra y en algún lugar medio empinado se desbarrancó. El hecho de haber sido el primer caballo que tuvimos allí, aparte era muy particular... abría las tranqueras sola, porque el paisano que la había tenido antes, no siempre estaba en condiciones de abrirlas, así que le había enseñado a levantar con el hocico las manijas de las tranqueras, empujarlas con el pecho, y así pasaba. En ese tiempo había varias tranqueras... el camino que pasaba por el Cerro, era una servidumbre de paso prácticamente. Era un animal muy particular... muy de paisano. Entonces cuando se desbarrancó, fue para nosotros y para mis padres en particular una gran tristeza... así nació “EL ALAZAN”, que en realidad fue una alazana. Después por suerte, la vida nos arrimó otros caballos para andar, pero “La serrana” dejó en nosotros un recuerdo y una tristeza muy grande... era un animal de mucho brío, de buena boca, de buenas condiciones, fuera de sus manías adquiridas con el uso que le había dado el anterior dueño que era Humberto Argañaráz, un paisano del Cerro. Este es mi recuerdo de esa yegua, que después se convirtió en la célebre canción “El alazán”. Fue compuesta en el ‘51 o ‘52. La música es de mamá, la trabajaron juntos, después se completó la canción. Primero estuvo la música porque inclusive hay una letra de “El alazán”, que por ejemplo empieza: “Como una cinta de fuego”, después esa letra se modificó, es decir se corrigió porque decía después “galopando, galopando...“, y faltaba un verbo en esas dos primeras líneas. Lo corrigieron y pusieron después: “Era una cinta de fuego”. Eso muestra la forma en que ellos trabajaban, inclusive me acuerdo que alguna vez mi “vieja” le dijo al “tata” respecto de alguna grabación: “Que no le gustaba una de las grabaciones que hizo el “tata” -debe haber sido el rededor del año ‘74 o ‘75-, porque la melodía que ella compuso era bastante romántica, ya de por sí tenía muchos elementos románticos y que la grabación que había hecho, la hacía más romántica todavía y que le quitaba mucho el acento paisano que debía tener. Esto es lo que yo recuerdo alrededor de “El Alazán”. 

Luego de la muerte de Yupanqui, se realizó un homenaje en la vieja Argentina Televisora Color (canal siete) de Argentina. Para ese Homenaje, se invitó a la que tal vez sea la única persona autorizada para hablar sobre la Obra Yupanquiana, la señora SUMA PAZ. En dicho Homenaje, la señora interpretó algunos de los temas más recordados de Yupanqui. 

Debo agradecer la digitalización y la difusión del vídeo a Gustavo Aponte.



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