En su adolescencia formaron parte del coro de la Asociación Verdiana y del Coro de Cámara. Siguiendo su vocación forman un dúo al que llamaron "Los Baqueanos"; así empiezan a actuar en diferentes lugares y se van ganando al público de su provincia.
Por las noches, Rubén concurría a una escuela de Artes Visuales, donde conoció al profesor Rubén Martínez Solís, más conocido como Don Linares Cardozo, que sería el maestro y guía para ambos.
En 1964 lograron ir al Festival de Cosquín, donde obtuvieron una mención especial, ya que no existía un premio para dúos. Rápidamente fueron invitados a compartir escenarios con reconocidos intérpretes del momento, como Margarita Palacios y Jorge Cafrune. Con un bombo y una guitarra a cuestas, llegaron a Buenos Aires en 1967, llevando un estilo nuevo para esa época, en que el folklore argentino pasaba por uno de sus momentos dorados. Allí debutaron en los desaparecidos programas "Patio de Tango" y "La Querencia", con gran éxito.
Ya con el nombre de “Los Hermanos Cuestas” comenzaron una creciente carrera con incontables presentaciones en radio, teatro, cine y televisión. En 1972, apadrinados por Florencio López, volvieron a la Plaza Próspero Molina, de Cosquín, donde tras una interminable ovación se convirtieron en “Ganadores del Pre Cosquín”. Esto les posibilitó participar en el festival mayor de ese año, y apenas en la segunda luna fueron consagrados “Revelación Cosquín 1972”.
Ese reconocimiento abrió paso a una brillante trayectoria a nivel nacional e internacional, que -entre otras cosas- los llevó a participar en dos películas argentinas: "Los gauchos judíos" y "Mire que lindo mi país paisano" y de esta última hemos rescatado esta chamarrita, PUESTERO Y CAZADOR, que junto a otros temas como “Juan del Gualeyán”, “Soy entrerriano”, “Peoncito de estancia”, “Canción de Puerto Sánchez”, “Coplas felicianeras”, “Ojitos color del tiempo” y “El taca taca del motor” forman parte de su exquisito repertorio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario