El Potro nos cuenta: "Yo, por ejemplo, sé cómo se sienta un hombre de campo: con las piernas abiertas, porque sobra espacio; y mirando lejos, porque no se corta el horizonte. También habla fuerte, porque te habla de lejos, y con frases cortas, sentenciosas, como le enseñó su contacto con la naturaleza."
Tengo una canción que dice: "Era verano en Tucumán y yo te amaba como se ama en el norte: sin apuro...", pero también otra del Chango Rodríguez: "Yo vengo del lao de Oruro, del pago de la Diablada, adonde uno se enamora... de las mujeres casadas" (risas). El hombre ama en todos lados. Por supuesto que el hombre de campo es más respetuoso. El de ciudad es más atrevido y directo. Usa otro lenguaje. Y la mujer misma acepta eso. En el campo, en cambio, la mujer es más recatada. Y por las costumbres. No porque sean mejores o peores".
Esta actuación está tomada del programa "Casino" que conducía Juan Carlos Mareco Pinocho.
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