Según el poeta Ramón Navarro:
Eduardo Falú y Jaime Dávalos son como el cántaro y el agua, como la copla y la baguala, inseparables, inherentes, esenciales. Dávalos debe venir no más del ronco tambor de la luna y Falú, del profundo aljibe sonoro, alborotador de sosiegos, que heredó su guitarra del árbol más celeste y recóndito, donde posan las errantes golondrinas volviendo desde el fondo de la vida, cruzando el mar...
EDUARDO FALÚ, uno de los más grandes en las cuerdas argentinas, ese que supo ganarse a todo un país con los acordes virtuosos de su guitarra y que sembró los arpegios de esa guitarra, nos deja esta grabación de LAS GOLONDRINAS.
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