La “cueca” siempre fue para mí, mejor vecina de la algarabía que de la alegría; por eso, nunca presté mayor atención a su entorno, cosa que lamento, pues estaba equivocado. Lo vine a comprobar -y de esto hace ya bastante tiempo-, cuando en el medio de una bulliciosa reunión, el silencio se sobrepuso al jolgorio: había salido a bailar una tal “Doña Berta” con su compañero “Tormenta” (oscuro el hombre), nada menos que ¡La cueca!....Recuerdo que fue en Junín, allá por Mendoza.
Y así, me dio por componer una: POR ELLAS, POR LA MÁS BELLAS.
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