Siempre alejada de los ideales colectivos, criticó la censura peronista hacia los escritores poco simpatizantes con esta ideología. Las dictaduras militares argentinas recurrentes en los años centrales que caracterizaron la educación de la autora, la obligaron a ceder sus participaciones en público y a exiliarse al exterior, en donde comenzó a combinar sus escritos con música y a popularizarlos para tener un mayor alcance.
SERENATA PARA LA TIERRA DE UNO es uno de los textos que creó años antes de la última dictadura militar argentina. Junto con la popular canción "Como la cigarra", formaban parte de un reclamo social que no se generalizó hasta tiempo después, cuando la audiencia estuvo preparada para los escritos walshinescos, para entenderlos y entonarlos al son de una misma bandera: la libertad y el amor por la tierra propia.
De este modo, casi escondido, María Elena expresaba, indefinidamente, su carácter revolucionario. Sus ideas trascendieron subliminalmente, en las canciones para chicos, en cuentos infantiles. Los mensajes eran de amor, de libertad, de respeto mutuo, de proliferación del arte; y crearon una generación que hoy, años después, enarbola esos mensajes y los recrea de múltiples modos, ya sea a través de expresiones artísticas, los medios, los nuevos profesionales. Esas ideas quedaron latentes, y hoy, compiten con la sociedad de consumo que, también subliminalmente, se esconde en las nuevas figuras exponentes de los niños, futuro incierto de esta tierra tan amada y protegida por Walsh. (Fuente: Natalia Grinschpun)
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