¿Qué tendrá esta zamba que figura siempre en cualquier antología de la canción argentina? Jorge Chagra y Nicolás Toledo hicieron de este poco garboso animal, un símbolo de cómo se puede encontrar la belleza, hasta en la apariencia menos agraciada. Y este simbolismo ha dado pie a numerosas interpretaciones, pues ¿no es este singular batracio de ridícula prestancia un símbolo de todos aquellos con los que la Naturaleza no se ha mostrado muy espléndida, pero que tienen bajo su fealdad corporal un alma de singular belleza? Sin que falte la atinada observación sociológica de que ese sapo puede simbolizar a toda una raza o a un pueblo.
Y en unos versos cargados de imágenes muy expresivas, como no quedarse -sintaxis aparte- con esa metáfora de "la luna es fría/ porque dio su sangre para las estrellas", que es una de las más logradas del cancionero.
En Ushuaia, un trabajador radial argentino tenía también una historia al respecto: Se reunieron en la cordillera grupos de soldados de los ejércitos de Chile y de Argentina, para compartir algunas horas de camaradería, donde, por supuesto, salió a relucir la guitarra. Uno de los soldados argentinos cantó algunas canciones con una hermosa voz que impactó a un chileno que habló con él diciéndole: “Yo escribí un poema y se lo voy a entregar a usted para que le ponga música” Ese poema era Sapo Cancionero.
Se dice que la canción en Chile fue conocida como Sapo Trovero, que fue grabada por Jorge Yáñez y Los Moros.
Como en cualquiera de los grandes temas tradicionales, busque, compare y si encuentra algo mejor me lo dice, porque yo mientras tanto escucharé SAPO CANCIONERO en boca de LOS CHALCHALEROS.
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