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sábado, 17 de diciembre de 2016

243.- EDUARDO FALÚ - CANCIÓN DEL JANGADERO

Sobre el río Paraná, se pueden encontrar los jangaderos, así llamados por transportar inmensos troncos, río abajo, en sus balsas o jangadas. 

El salteño Jaime Dávalos, autor de la canción, nos lo cuenta así: 
"Tenía yo diecinueve años cuando vi por vez primera el río Paraná. Vine al sur en un tren de carga con tres changos más... Nos bajamos del carguero en Campana, y fuimos a pedir comida al puerto porque de tanto tomar mate cocido veíamos verde hasta las salinas. El río nos manifestó su generosidad en aquellos marineros de remolcador que nos agasajaron con todo lo que tenían. El río color puma, pasaba relamiéndose los cascos de las balsas y canoas, mientras mis ojos rajados de ver país adentro sus desolaciones resecas, también lo lamían, lo acariciaban enmelándose en la untuosa luz de su movediza pradera de aguas. Ahí debe haber nacido esta canción: nació en mi sangre como un diálogo mudo con el río". 

Y ¡qué bella es esa imagen del árbol caído que es como una sombra derrumbada, buscando un nuevo horizonte en la lontananza del río! 

 “El poema es hermoso. El jangadero es quien lleva la jangada, los troncos de los árboles que van siendo llevados río abajo, hacia los aserraderos, hacia el lugar donde será procesada la madera, en fin hacia su destino. El jangadero es un oficio en desuso, el río fue sustituido por rutas y camiones, pero sigue siendo un oficio muy poético. 

La canción es un poema al trabajo y a la imponencia de las aguas del río Paraná. El poeta es Jaime Dávalos, uno de los más grandes poetas de la canción argentina. El hizo la música y también la letra. Siendo salteño, evidentemente estaba seducido por la magnificencia de ese río que describe tan bien. Soy de Tucumán, un lugar de montaña y de muchos ríos, pero en el noroeste no tenemos aquellos ríos del litoral. 

En una parte habla del viaje del jangadero por el río. “Banda, banda, sol y luna, cielo y agua, espejismo que no acaba de pasar, piel de barro, fabulosa lampalagua, me devora la pasión de navegar”. La lampalagua es la víbora más grande de la región. Puede medir cinco, seis y hasta siete metros. Dávalos usa esa figura para describir al río, una “fabulosa lampalagua.” 

 La canción tiene el misterio de ser mucho más que la suma de una música y una letra, una buena canción siempre es mucho más que eso. Es misterioso. Una excelente música y una excelente letra no dan como resultado una buena canción. Y ésta es una de esas canciones que han nacido para quedarse. 
 (Juan Falú) 

Rescatada de Radio Televisión Española, les dejo esta versión, una de las mejores que pueden verse de CANCION DEL JANGADERO, la del compañero artístico de casi toda una vida del autor: EDUARDO FALÚ.



1 comentario:

  1. Hermosa semblanza poética de la historia de esta maravillosa canción de don Jaime Dávalos. Esto es un buen aporte al acerbo cultural autótono.





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