ATAHUALPA YUPANQUI comentaba una vez:
"Dicen que lo que yo hago es poesía; vaya a saber: lo que procuro es incorporar mi voz a las viejas voces populares, en lo posible, imitándolas porque me encanta esa forma de decir del argentino que fue mi abuelo y el abuelo de mucha gente; esa levadura de pueblo de poquito antes de aparecer el siglo; eso procuro decirlo a mi manera."
Pero, quien en su vida había desempeñando tan diversos oficios como hachero, arriero, cargador de carbón, entregador de telegramas, oficial de escribanía, corrector de pruebas, periodista y músico, entendía la poesía como algo más noble que un simple ejercicio literario. Y mal que les pese a alguno, su poesía era una expresión de sus más hondas creencias y no un mero entretenimiento literario.
Resulta obligado acordarse de un muy bello poema del peruano César Vallejo: "Un albañil cae del techo, muere y ya no almuerza/ ¿innovar luego el tropo, la metáfora?". El maestro de Cerro Colorado nos lo dirá a su manera en esta canción, EL POETA:
"Vive junto con el pueblo/no lo mires desde afuera/que lo primero es ser hombre/ y lo segundo, poeta".
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